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Las reflexiones que aquí se presentan son personales, no comprometen a ninguna otra persona y pueden ser o no compartidas por el lector a quien respeto sus apreciones con la certeza de que en aspectos de opiniones no existen verdades absolutas.

viernes, 25 de junio de 2010


BACHILLERES PARA LA GUERRA
 
Años atrás se preparaban a los niños y a los jóvenes para convertirlos en profesionales, pretendiendo con ello elevar el nivel socio económico y cultural de las familias, así como mejorar la calidad de vida de toda la comunidad. Se decía entonces que "el mejor legado que un padre podía dejarles a sus hijos era el estudio".
 
Cada familia, en su gran mayoría de origen campesina u obrera soñaba tener un médico, un ingeniero, un abogado, un sacerdote o un oficial de las fuerzas armadas.
 
Eran épocas de sueños e ilusiones, que a pesar del origen humilde, muchas personas llegaron a cumplir y hoy día son grandes profesionales o destacados empresarios. Tuvieron esa oportunidad gracias a una educación sólida, con férreos principios de disciplina, de valores humanos y de exigencia académica.
 
El panorama ahora es desalentador: una educación de mala calidad (auspiciada por la promoción automática, - los jóvenes pueden graduarse como bachilleres sin saber leer ni escribir-). Muchachos que, al amparo de las leyes que protegen al menor, violan las normas diseñadas para proteger la sociedad. Niños, que bajo los parámetros de una psicología que propende por el libre desarrollo de la personalidad, se forman en anti valores, sin respeto por los demás, sin acatamiento de las mínimas pautas de urbanidad, influenciados a través de los medios por una cultura en la que se rinde tributo a "Rambo", al "Soldado Universal",... el culto a las armas y a la violencia...
 
Una muchachada que no tiene condiciones académicas, ni posibilidades económicas para aspirar a una formación universitaria, engañada por el gobierno y desengañada por sus propias apetencias, se resigna a la suerte de buscar empleo en lo único que hoy puede encontrar: guerrilla, ejército, paramilitares, Inpec, policía...
 
Entidades en donde con una preparación de menos de un año, tiene trabajo asegurado y puede salir a devengar más de dos salarios mínimos, cuando un profesional con 5 años de carrera apenas puede aspirar a un empleo (incierto) que en la mayoría de los casos está por debajo de esa cifra.
 
Así se está dando cumplimiento a lo que parece ser un mandato: preparar Bachilleres para la guerra.
 
Eduardoe.
Dic. 2005

domingo, 20 de junio de 2010

PROFESIONALES IPSO FACTO


PROFESIONALES 

IPSO   FACTO

 
¿Qué opinaría usted si al visitar a su médico este le manifiesta que: efectivamente él tiene título como profesional de la medicina otorgado por una universidad reconocida, pero no le puede recetar ya que nunca pudo aprobar la clase de "diagnóstico", y si se trata de operar mucho menos, pues esa clase sí que nunca la pudo entender, pero ya que no se puede repetir una materia (esto es muy costoso para la universidad), esta optó por otorgarle "por decreto" el título de médico cirujano?

 
¿Si al construir su casa el ingeniero le dice que: No sabe cuánto material va a emplear pues, en la universidad, nunca pudo entender cómo se efectuaban estos cálculos, ¡ah! Y menos garantizar qué tiempo puede estar en pie su vivienda, ya que nunca pudo asistir a la cátedra de cálculo estructural, pero "por decreto" él es ingeniero civil?

 
¿Y qué pensar cuando su abogado le confiese que: Usted ha sido condenado a cadena perpetua, pues  él no sabe cómo redactar una defensa, ni conoce las leyes que en últimas a usted le aplicaron pues, en la U, nunca tuvo tiempo ni interés en estudiar eso, pero "por decreto" él es profesional en derecho penal?

 
Pero bueno, la cosa no parece tan grave cuando sabemos que, existen muchas otras profesiones que son desempeñadas por personas especializadas en campos totalmente diferentes o por personas que ni siquiera han pasado por una universidad, pero que: "por decreto" han sido nombrados para tal o cual cargo. Así, no es raro tener: médicos, dirigiendo oficinas de tránsito; arquitectos, administrando programas de agricultura; abogados, dirigiendo hospitales; topógrafos, como secretarios de educación; cosmetólogos, como asesores jurídicos...

 
Si sabemos que: a Juán le dieron un "buen cargo" porque trabajó muy duro en la campaña pegando afiches toda la noche, a Pedro lo ubicaron en una buena dirección, porque es el primo del candidato y a María en la secretaría de relaciones, porque es una niña encantadora, ¡ah! no importa de sus preparaciones ni si tienen títulos, ahí, "por decreto", irán aprendiendo.

 
Si lo último, ya es una realidad, lo primero no está lejos de serlo.

 
Se sabe que desde hace varios años se viene implementado la promoción automática tanto en primaria como en secundaria y en la educación media, ratificada ahora último con el decreto 0230 de febrero 11 de 2002.

 
Aprendan o no, a los niños y jóvenes hay que pasarlos de un grado al siguiente. No interesa, que tanto han asimilado ni que tanta responsabilidad manejan, ni siquiera el ritmo de aprendizaje, pues aprendan o no, deben ser promovidos al grado siguiente, como quien construye un quinto piso sin haber terminado el cuarto, y en algunos casos colocar el techo sin haber hecho los cimientos.

 
Tenemos una generación de jóvenes que han alcanzado sus títulos de bachilleres sin el sabor del esfuerzo y que enfrentados al paso hacia la universidad ni están preparados para iniciarla, ni tienen las condiciones para asumirla, entonces: o se contentan con su cartón insulso de bachilleres dispuestos a engrosar las filas de empleados rasos, de obreros o de peones, o a engrosar las masas de desempleados, o a realizar grandes sacrificios, especialmente económicos, tomando cursos pre universitarios, de capacitación o estudios intermedios de formación no formal, para así cerrar el ciclo.

 
Y las universidades, ¿qué será de ellas, cuando, como ya se está viviendo: o se quedan sin estudiantes, o cuenta con un alto número de jóvenes sin preparación, incapaces de asumir el reto de una formación profesional?

 
Tendrán entonces que reducirse a un grupo minoritario de privilegiados, o ajustarse a los procedimientos a los cuales están acostumbrados los jóvenes, y entonces, empezar a otorgar títulos "por decreto"

 
Costumbre que en nuestro país las clases políticas han venido implementado desde hace ya mucho tiempo, y así es como tenemos a Juán, a Pedro y a María, ejerciendo cargos, que sin ser, en muchos casos, ni bachilleres, hay que decirles "mi doctor". Igual llegan sin ninguna preparación y sin ninguna visión, empleados en todos los cargos: secretarios, dirigentes, "jefes", y hasta ministros... todos nombrados "por decreto".

 

 

Eduardoe

Mayo 2002